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Reflexión a tener en cuenta por cada uno para ser conocedor de la auténtica situación del papel en una oficina.
No es que estemos volviendo a generar grandes consumos de papel, sino que, nunca lo dejamos de lado. Desde hace unos años se intentó mediante controles en la impresión de cada fotocopiadora, controlar el consumo en hojas de papel de cada empleado. Se consiguieron tanto aspectos positivos como negativos.
Debemos tener en cuenta, que, en nuestra sociedad, se multiplica la creación de contenidos, día tras día, es imposible evitar que todos ellos, no sean necesarios en físico. Ya sea, para imprimir un email y leerlo con atención, como imprimir un manual y poder visualizarlo de un modo más objetivo, y en ese caso, poder trabajar mejor. El hecho de imprimir informes y poder enseñarlos de un modo más óptimo, tanto en digital como en papel…. Tras analizar el funcionamiento de una oficina, observamos, que muchos de los documentos que antes se imprimían, a día de hoy, puede que lo hagan en un número mayor e incluso varias veces. Según estudios realizados a una cincuentena de niños, teniendo en cuenta la atención sobre el documento, observamos que estos podían tener una mejor habilidad para la lectura dependiendo de sutiles diferencias en sus conexiones neuronales. Se observo que los altos niveles de concentración aparecen al leer un libro impreso, favoreciendo de este modo al desarrollo de estas conexiones neuronales. No ocurre lo mismo mediante la lectura en digital. Es por ello, que en universidades reconocidas a nivel mundial se trabaja del siguiente modo, y queda totalmente prohibido la utilización de tabletas y ordenadores para el estudio, ya que, hacen que sea mucho más probable la posibilidad de una concentración inferior en el estudio. Esto se debe a la facilidad que existe de poder escapar hacia otro mundo totalmente abierto, denominado Internet. En cambio, si tenemos los documentos impresos, el papel en físico, nunca podremos aparecer en un navegador de búsqueda preguntándonos que tiempo hace en Buenos Aires (Argentina).
Antes que un ahorro en costes, o que la utilización del documento digital es más ecológica, deberíamos sentarnos y recalcular todo tipo de datos, para poder ver, hasta donde el hecho de evitar papel en una oficina es más ecológico que tenerlo.
Al igual que somos capaces de calcular el impacto medioambiental sobre la sociedad cuando imprimimos un trabajo de 500 hojas, también deberíamos ser capaces de calcular el impacto ambiental de tener servidores, pantallas y dispositivos electrónicos en funcionamiento durante todo el tiempo que exista el documento. Es cierto, que el impacto del papel debe tenerse en consideración, pero cuando podamos descifrar el impacto ambiental realizado por el documento electrónico, veremos cómo estábamos funcionando. Es por ello, que vemos dos importantes inconvenientes en la utilización del documento digital, ambos, de gran importancia. El primero, la falta de concentración para poder llevar a cabo correctamente las funciones de trabajo, y otro, es el impacto ambiental que, a día de hoy, no podemos contabilizar de un modo exacto, aunque, en un futuro muy cercano, podremos determinarlo de manera correcta.